viernes, 18 de diciembre de 2009

Dios Griego y tarde de chicas.

     Siento no haber escrito durante tanto tiempo, pero esque como nadie leía la historia. Pero al ver que tenía una nueva seguidora me he animado a escribir el segundo capitulo. Ahora en serio, si no me dicen que opinan de la histora o si simplemente la leen, dudo mucho que siga escribiendo. Asi que por favor dejad un comentario, aunque ya se que a veces no apetece...XDXD.
Besos y que disfruteis...

    Aparqué delante de casa, cogí rápidamente las cosas de siempre y me encaminé hacia el bosque pero cuando llegué... vi que había alguien sentado en mi tronco. No creo que llamarle chico sea lo apropiado, sino más bien DIOS GRIEGO. Era exactamente como me imaginaba a los dioses de la mitologia griega, medía como 1,87 y era fuerte; tenía dos orbes profundos y hermosos que combinaban dos colores, el ámbar y el negro. Su piel era blanca pero no pálida, sus facciones eran delicadas pero maduras y varoniles, y su expresion era serena aunque con un deje de dolor. Se encontraba sentado con una guitarra a su lado y escribiendo algo en un cuaderno.
 Yo simplemente estaba ahi parada de pie mirándolo, pero antes de que me diera cuenta se levantó y se dispuso a marcharse. Cuando pasó a mi lado sentí que el mundo se paraba, nuestras miradas se cruzaron y me perdí en sus ojos, lo único que hizo él fue darme una sonrisa torcida que yo respondí de igual forma.
 Después de que se fuera me dirigí inconcientemente hacia el tronco y observé que había un cuaderno al lado,que reconocí como mío, debí de habermelo dejado la última vez. Caí en la cuenta que seguramente mi cuaderno era el que había cogido el chico antes...no que vergüenza! Aunque pensandolo mejor que más daba si probablemente no le volvería a ver, pero debo admitir que eso tampoco me dejaba del todo satisfecha.
 Cuando abrí el cuaderno y fui a la última página escrita vi que había una rosa negra y algo que yo no había escrito:
          
                            SUEÑOS

                 Sueños escondidos o mostrados.
                 Sueños contados o guardados.
                 Sueños imposibles o reales.
                 Sueños frágiles o fuertes.
                 Sueños viejos o nuevos.
                 Sueños malos o buenos.
                 Sueños tristes o divertidos.
                 Sueños alegres o dolorosos...

                 Todos ellos distintos,
                 pero todos tuyos.

 Aaaaaa....¿ por qué narices no podía dejar de pensar en ese estúpido chico y su estúpido poema? Cuando terminé de leer el escrito me quedé con la boca abierta había acertado de lleno con todo lo que se plasmaba en el cuaderno. Todo lo que había escrito no eran más que mis sueños. Al principio estaba asombrada, pero ahora, después de comprender todo estaba furiosa. Como es posible que ese niñito estúpido se hubiera permitido mirar MI cuaderno, y encima escribir una estúpida bobada. Estaba segura de que si le volviera a ver le arrancaría la cabeza. Pensaba todo esto mientras bebía un refresco en la cafetería del campus.
- Eeee doctora, ¿ cuál es la razón de tu aun peor humor hoy?....jajajaja.- Me decía Sally. Ella era la única persona a la que le dejaba que me hablara de ese modo. Sally era algo asi como mi mejor amiga, y la única. Ella se había portado muy bien conmigo en mi primer tiempo aqui, después de que la había tratado mal ella nunca me había dejado, siempre ha estado alli cuando la necesitaba, aunque no se lo pidiera.
- No se de que hablas, mi humor es completamente normal.
- Oh benga y creeras que soy tan tonta de tragarmelo. Me doy cuenta perfectamente de que algo atormenta a esa desquiciada cabeza tuya- dijo dándome unos golpecitos en la cabeza.
-Mira ahora no me apetece hablar además tengo que ir a clase. Adiós.
- Esta bien, pero sabes que después ire a tu casa y no te escaparás. Adiós.- Sonrió y se fue casi corriendo. Madre mia esta niña no me dejaría en paz hasta que le contara todo.

 Toc toc...esa seguro que era Sally. Tenía razón no me dejaría en paz, apenas había pasado una hora desde que estaba en casa y ya había venido la loca de mi amiga a cotillear.
- Ya voy.- Dije abriendo la puerta.
- Vamos cuenta, cuenta ¿que ha pasado para que tu estabilidad sagrada se haya perturbado?- Reía tirando de mi hacia el salon.
- No es nada ya te lo dije son solo cosas mias.- Le dije cuando ya estábamos sentadas en el sofá.
- ¿ Acaso sigues creyendo que pasaré sin que me cuentes nada? Benga dime que ha pasado.
- Nada es solo que no dejo de pensar en un estúpido chico.
-O.M.G. no me puedo creer que un chico se haya colada en los pensamientos de la princesa del hielo. Wow nunca creí que llegaría a ver el momento en el que dejaras si quiera acercarse un chico a ti, y mira ahora.- ¿Qué? Noooo...mierda elegí muy pero que muy mal las palabras.
- Sally no me seas ridícula, he dicho que no dejo de pensar en un chico ESTÚPIDO. Esque ayer cuando fui al bosque me encontré a un chico que estaba sentado en mi tronco de siempre...
- ¿ Tu tronco de siempre?
 Eso no viene a cuenta ahora, cállate y déjame terminar. El caso es que estaba escribiendo algo en un cuaderno, cuando se fue vi un cuaderno en el suelo, lo cogí y vi que era el mio. Cuando fui a la última página  escrita me fijé en que había algo que yo no había escrito.
- ¿ Y que había escrito?
- Eso es lo de menos.- Seguro que Sally se estaba muriendo de ganas de que le enseñara el cuaderno, pero sabía que era mejor dejarlo así. Es solo que me cabrea que ese niñato insolente se haya atrevido a tocar mi cuaderno.
- Bueno no es que le puedas culpar demasiado, sabes que el cuaderno ya estaba alli. Además él no sabía que el cuaderno le pertenecía a la princesa de hielo....jajajaaja.- Eso me cabreó aun más, así que se lo hice saber con una mirada. En seguida se puso tensa y se disculpo.

Nos pasamos el resto de la tarde viendo la tele y hablando de cosas triviales, debo admitir que con Sally ha mi lado mi humor mejoraba. Ella era lo contrario a mi, supongo que por eso complementabamos tan bien.
 Al fin podía descansar y olvidarme de todo, pensaba por la noche antes de meterme en la cama a dormir, mientras miraba la rosa que estaba en mi cuaderno. Eso me enfurecía aun más la rosa negra era mi flor favorita....demonios.